Como ya sabéis, la percusión y la música histórica me interesan muchísimo. Hacía tiempo que quería conseguir un pabellón turco para poder tocar este tipo de repertorio, así que me hice con unas cuantas cosas y me puse manos a la obra. Antes de comenzar me gustaría presentaros el instrumento: un pabellón turco ("chinesco", "Turkish crescent", "jingle Johnny", "chapeau chinois", "pavillon chinois", "schellenbaum", "cevgen", "cappel cinese", "padiglione cinese", "mezza luna"...) es un instrumento que data de muy antiguo, pero que los europeos conocimos en el siglo XVI de la mano de los turcos y sus tropas de elite, los jenízaros. Gozó de tremenda popularidad como instrumento militar (tanto en bandas como en orquestas) hasta la segunda mitad del siglo XIX, cayendo en desuso a partir de entonces. Lully, Haydn, Ferdinando Paer, Beethoven, Berlioz, Elgar..., orquestaron para él y fue parte indispensable en el grupo de
sistri que componían la
bassa musica en la ópera italiana del ottocento.
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"Gabinetto armonico" (Filippo Bonanni) |
Aquí podemos ver una nota manuscrita mencionando a los percusionistas que componían la sección del Teatro La Scala en la temporada de primavera de 1843. Podemos ver que el pabellón turco formaba parte de ella (SIEMPRE lo fue y SIEMPRE se tocaba junto al bombo y los platos. La parte no se escribía pero se sobreentendía -ver Lichtenthal, Picchianti, Dacci y otros-). También podemos ver que el bombo y los platos están asignados a dos instrumentistas diferentes, lo que acaba con el mito de que en la opera italiana se tocaban el bombo y los platos "a uno", con un solo percusionista (además de esta nota hay programas de mano, carteles, archivos, lista de nóminas y cartas que lo prueban). Como curiosidad, también podemos ver un tambor y, dada la fecha (1843), podemos deducir que "Nabucco" seguía representándose (se estrenó en 1842).
"Nota dei professori d´orchestra al servizio dell I. R. Teatro La Scala per la stagione di primavera dell´anno 1843. Timpani: Carlo Antonio Boracchi, tamburo: Augusto Stehle, triángolo: Leonardo Negri, capell-chinese: Antonio Sala, piatti: AntonioTangi, gran cassa: Gaetano Rossi".
Mi proyecto comenzó con una visita al rastro y la compra de una lámpara horrible. Fea, pero ideal para lo que me traía entre manos...
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© David Valdés |
La despiecé por completo, quité cables, la limpié...
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© David Valdés |
Los "brazos" del pabellón serían los de la lámpara, que uní a las cazoletas que sujetaban los portabombillas. Primero marqué dos puntos diametralmente opuestos...
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© David Valdés |
...y luegó taladré, marcando primero con un punzón, de manera que la broca no resbalara al usar el taladro. Después, fui usando brocas cada vez mayores hasta llegar al diámetro adecuado.
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© David Valdés |
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© David Valdés |
Luego solo tenía que sujetar los brazos usando las mismas tuercas que ya traía la lámpara.
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© David Valdés |
Con los brazos ya hechos, la piezas preparadas, y aprovechando la varilla central que ya traía la lámpara, fue solo cuestión de ensartar y colocar las distintas piezas de manera estética y armónica. También fui colgando cascabeles de los distintos "paraguas". Como siempre, marqué los puntos a taladrar con un punzón y luego usé brocas de tamaño progresivo. Sujeté los cascabeles con tiras de cuero.
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© David Valdés |
Investigando distintos instrumentos en busca de inspiración di con este, y como me gustó mucho la parte inferior decidí intentar algo similar:
¿Cómo podía hacerlo? Recordé que tenía varios platos de desguace de cuando intenté soldar bronce. Uno de ellos era un Sabian Pro Sonix de 10", y la única tara que tenía eran unas pequeñas rajas en el ojo. ¡Perfecto para el propósito! Lo coloqué sobre la guía de ángulos y marqué para hacer 20 agujeros:
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© David Valdés |
Marqué y taladré siguiendo el proceso habitual. Limpié y quité los logos de la parte superior para hacerlo más "auténtico" e "histórico" y sujeté los cascabeles en todo el perímetro usando tiras de cuero:
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© David Valdés |
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Este es el resultado sobre el instrumento:
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© David Valdés |
Como podéis ver, una parte de la varilla quedaba vista, pero ya no tenía más piezas de lámpara con que cubrirla, así que realicé otra visita al rastro para hacerme con más lámparas horribles y así completar el pabellón:
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© David Valdés |
Aquí tenemos el resultado y la forma en que rematé el asunto en el extremo final (usando una de las cazoletas sobrantes):
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Como añadí más "paraguas", también a ellos les colgué cascabeles:
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© David Valdés |
Como la "corona" o "cúpula" conservaba los agujeros por donde se introducían los brazos originales de la lámpara, quise taparlos y disimularlos. Para ello conseguí más volutas en un chatarrero (al que acudí a comprar material para otra entrada del blog 😉). Tuve que usar una lima para dar forma a los brazos y que ajustaran contra la forma redondeada y sujetarlos con tornillos:
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© David Valdés |
Le añadí más cascabeles, y este es el resultado con la "cúpula" terminada:
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© David Valdés |
Con todo el tinglado acabado solo faltaba un detalle final: las crines de caballo que adornaban estos instrumentos.
Para ello compré unos alzapaños rojos en la mercería local y los colgué de los extremos del brazo inferior (la verdad, no tengo acceso a crines reales: tuve que conformarme con las borlas de las cortinas... 😃):
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© David Valdés |
Ya solo hacía falta un soporte para poder tocarlo y, para ello, compré una barra de cortina color bronce en
Leroy Merlin.
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También compré varios topes de puerta, que rebajé ligeramente, y que usé para sujetar todo el tinglado a la barra.
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© David Valdés |
Ya solo había que "embutir" este árbol de Navidad en el interior de la barra de cortina para que todo quedara listo:
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© David Valdés |
Como este instrumento se suele tocar golpeando el suelo, conservé el tope de plástico que traía la barra de cortina para no dañar ni el suelo ni la barra.
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© David Valdés |
También hice unos "pads" con unas alfombrillas de yoga para poder golpear sobre ellos, de manera que, si no deseamos demasiado ruido al percutir el suelo, este quede minimizado.
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© David Valdés |
He podido fabricar un instrumento que fue tremendamente popular durante unos siglos y que cayó en el olvido cuando las orquestas fueron aumentando su tamaño, los bombos y los platos se hicieron más grandes y, por tanto, su volumen acabó tapando el sonido del chinesco, haciéndolo inservible. Hoy día este instrumento es indespensable en toda interpretación históricamente documentada. ¿Lo añadiréis a vuestra orquestación? 😉 Permaneced atentos, pues subiré archivos de audio en breve.
…et in Arcadia ego.
© David Valdés
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