Durante la semana del 20 al 25 de marzo toqué con la OSPA un programa magnífico que incluía "El Mandarín Maravilloso", de Bartok. Esta obra incluye una parte de bombo peculiar, en la que se indica que la mano derecha debe tocar las notas con las plicas hacia arriba y la izquierda las que la tienen hacia abajo. Además, se especifica que la mano izquierda debe tocar con una "varilla flexible" (en la edición original).
© David Valdés |
Por la partitura, las indicaciones, el tipo de música, el contexto, el conocimiento que Bartok tenía de la música popular (sus viajes recopilatorios por Turquía, Balcanes y Europa Central) y las explicaciones dadas por el director Rossen Milanov (búlgaro y, por tanto, conocedor de esta música), enseguida caí en la cuenta de que esta parte de bombo estaba clarísimamente influída por el davul.
Con el consentimiento de mi principal (Rafa Casanova) y de la persona encargada de tocar la parte de bombo (yo estaba a cargo del xilo, el triángulo y el tam-tam), probamos con mi davul. El resultado satisfizo a todos y, además de resultar muy adecuado tímbricamente, el aspecto visual y escénico quedó muy reforzado.
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Como se puede observar, se tocó al modo tradicional (colgándolo de los hombros) y usando las baquetas populares: una varilla muy fina y flexible en una mano y una suerte de "cucharón" de madera en la otra. En la siguiente foto podemos verlas en detalle.
© David Valdés |
¿Qué es un davul? Ya hablamos de él en la entrada "Arqueología percusiva", pero hoy vamos a ser un poco más específicos y ahondar en él, su historia, técnica y uso.
El davul es un instrumento de origen turco, íntimamente asociado a los jenízaros, cuerpo de elite del sultán. Estos se hacían acompañar de bandas de música llamadas mehterân (un mehter es uno de los músicos que forman el mehterân), siendo el davul uno de los instrumentos que tocaban en estas bandas.
El davul es un tambor de madera de tamaño variable (entre las 18 y 36 pulgadas de diámetro y unas 10 de profundidad), con dos parches, y que se sujeta de manera que ambos sean practicables. En la mano derecha se sujeta una baqueta con forma de porra o cuchara que toca los graves, y en la izquierda una fina varilla que toca los adornos. La mano derecha sujeta la maza en la forma normal, tal y como sujetaríamos cualquier otra baqueta de bombo (por ejemplo), pero la izquierda se sujeta de manera que se puedan usar los dedos y así tocar complicadísimas figuraciones. También se usa lo que siglos más tarde se conocerá como "one handed roll" o "freehand technique" (popularizado, entre otros, por Johnny Rabb), aprovechando el choque contra el aro para producir más de un golpe con un solo movimiento. El uso de esta varilla evolucionó hasta el actual "rute".
© mehter.com.tr |
©Wikipedia |
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Debido a la expasión del Imperio Otomano, el instrumento (junto con sus compañeros de mehterân) se expandió por los territorios conquistados, y es tremendamente popular en la Península Balcánica, donde recibe nombres como tapan, (así lo nombró nuestro director), tupan, daul, toba, tof, daouli, tupana, lodra, doli, dwola...
Es seguro que Bartok lo conoció en sus muchos viajes etnomusicológicos y se inspiró en él para escribir la parte de bombo de "El Mandarín Maravilloso".
Obviamente, Europa conoció este instrumento a través de sus enfrentamientos con los turcos (que llegaron a asediar Viena). Nosotros lo adoptamos (véase la "Sinfonía Militar" de Haydn, "El Rapto en el Serrallo" de Mozart, la Novena de Beethoven...), y a partir de él llegamos a tener nuestro actual bombo. En esta foto se pueden ver juntos a dos parientes muy cercanos: el davul (tatarabuelo) y el bombo (tataranieto).
© David Valdés |
¿Cómo suena este instrumento? Aquí tenéis unos vídeos.
Aquí lo vemos en su contexto original, en una mehterân:
Como se puede observar, el camino recorrido por el davul empieza en la música militar, sigue en la música popular y acaba en la música culta. Una inflluencia mutua, trasvase entre diferentes manifestaciones humanas.
La sección de percusión y el director quedaron encantados con el instrumento. Ni qué decir tiene que también lo podemos usar en toda música de influencia jenízara (ya mencionamos ejemplos más arriba) o folklórica. La curiosidad, la imaginación, el conocimiento y el respeto a la tradición deberían ser nuestras guías a la hora de seleccionar instrumentos para tocar las obras en programa.
¿Le daréis una oportunidad al davul?
…et in Arcadia ego.
© David Valdés
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