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viernes, 8 de marzo de 2019

"Castagnettes de fer" en "Sansón y Dalila" (C. Saint-Saëns).

"Sansón y Dalila", de Camille Saint-Saëns, es una opera estrenada en 1877 que contiene partes interesantes para la percusión. Así, el glockenspiel de la 3ª escena del 3º acto es un habitual de las audiciones, los timbales de la "Bacchanale" también tienen su gracia (y aparecen de vez en cuando en las listas de las audiciones), el triángulo del finale, aunque no especialmente difícil, es interesante... Pero, si hay una parte que ha dado que hablar, es la relativa a las "castagnettes de fer" de la "Bacchanale".  De ella hablaremos hoy (podéis descargarla gratuita y legalmente AQUÍ).




En esta bacanal, número de danza que enlaza con la tradición de introducir escenas de baile en la ópera francesa y que precede al fatal desenlace en que Sansón derriba las columnas del templo, se usan castañuelas de madera y de hierro ("de bois et de fer"). No hay problema con las de madera, pues son las que los percusionistas han usado toda la vida, pero las de hierro han dado problemas desde que la ópera se estrenó, pues este tipo de instrumento ni es tradicional ni se pide en ninguna otra obra del repertorio (¡en ninguna!).

Se han usado crótalos (tiene sentido, pues serían el tipo de instrumento que usarían las bailarinas orientales sujeto a sus dedos, y tienen un indudable origen oriental, muy de la estética de la ópera):   


©Amazon


De hecho, en "Gabinetto Armonico" (Filippo Bonanni -Roma, 1722-), hay una mención expresa a las nácaras tocadas por bacantes (RAE: 1.- Mujer que participaba en las fiestas bacanales). "Tiene esta [la bacante] en ambas manos unas escudillas de metal, las cuales se percuten una contra otra, y con la percusión de estas se unían los infieles en las danzas en honor de los dioses". No se me ocurre mejor descripción para lo que ocurre en ese momento en la ópera... 😉
  

"Gabinetto Armonico" (F. Bonanni, 1722)


También he visto usar qraqeb, qaraqeb o qarkabas marroquíes:




Cualquiera de estos instrumentos me parece una buena opción para tocar la parte (especialmente la primera). Ahora bien: si queremos usar el instrumento original y ser históricamente fieles a lo que Saint-Saëns orquestó, ninguno de ellos nos sirve... La respuesta al enigma está en el libro "Méthode de timbales et Instruments à Percussion", de Joseph Baggers.


  

Baggers nació en Amberes en 1858 y murió en París en 1938. Fue timbalero en el Teatro Nacional de la Ópera Cómica de París y de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio, además de profesor en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación (dio clases de percusión a un jovencísimo Olivier Messiaen). 




Baggers sabía muy bien de qué hablaba pues, cuando por fin se representó "Sansón y Dalila" en la Ópera Nacional (se había estrenado en Alemania quince años antes, pues en Francia se consideraba que el tema bíblico no sería del gusto del público), el propio Saint-Saëns supervisó la producción, y la dirigió Édouard Colonne, uno de los prohombres que, al principio del libro, loan el trabajo y los conocimientos del autor. Además, Colonne se refiere a Baggers con afecto y familiaridad, lo que indica un trato directo entre ellos. Si habéis leído "El señor Corchea y otros escritos" (C. Debussy), os sonará Colonne y sus conciertos. Ahondando más, el propio Debussy es otro de los que alaban el trabajo de Baggers al comienzo del tratado. No sé si Baggers tocó en aquella ocasión, pero está claro que, como mínimo, tenía información de primera mano por Colonne.




Así, en la página 134 del método podemos encontrar lo siguiente:




"CASTAÑUELAS DE HIERRO. 
Este instrumento poco usado (Saint-Saëns, Sansón y Dalila), se toca como las castañuelas normales".

Hay un problema aquí... Este instrumento no se puede tocar como las castañuelas "normales" porque las castañuelas "normales" no están unidas entre sí por una pieza en forma de "U". Nos encontramos con lo que suele ser habitual en el mundo orquestal: un truco, recurso o aparato para tocar las castañuelas (sean estas de madera o metal) sin tener que estudiar la técnica propia del instrumento.

Efectivamente, en la página 122 nos encontramos con lo que Baggers considera castañuelas "normales":




En el último párrafo hace referencia a lo que yo sí considero son castañuelas "normales": las que se tocan sujetas en el dedo pulgar. Baggers dice que así tocan los bailarines, pero llama castañuelas "de orquesta" (por tanto las que él tocaría) a las provistas de mango. Es obvio que, si sus castañuelas de madera tenían mango, también lo tendrían las de metal (tal y como ya vimos).

¿Qué ocurre? Que con la solución (tan habitual, tristemente...) de los percusionistas que desconocen la técnica tradicional, uno se ahorra dedicar tiempo a adquirirla (pero eso es una "guerra" personal mía, perdonad mi insistencia en este asunto 😉).

Ahora volved a echar un vistazo a la foto donde Baggers posa orgulloso con todos esos instrumentos... Esto me lleva a pensar que todo ese arsenal era propiedad del propio Baggers, su colección privada (o bien la colección de la orquesta donde, al momento de la publicación del método, él desempeñaba su trabajo. Me inclino por lo primero). Al pie de los timbales podemos ver las castañuelas de madera (claramente las de la izquierda desde el punto de vista del espectador, pues se aprecia el taco central sobre el que golpearían las dos hojas) y las de metal (las de la derecha, pues no hay nada entre las dos, golpean directamente una contra la otra).




Yo no sé si Baggers tocó "Sansón y Dalila" en aquella ocasión, pero es seguro que tuvo trato con Saint-Saëns, pues tenían amigos y colegas en común, y también tenemos la pista de que se menciona (y aparece en la foto grupal y en las descripciones individuales -pág. 133-) el xilófono y la "Danza Macabra" del mismo autor. Por tanto, yo creo que sí se conocieron y que debieron colaborar. Es lo habitual: un compositor se acerca a un especialista pidiendo información y consejo sobre lo que va a escribir, y el especialista le dice "tira por aquí, sigue por allá, esto es difícil, no lo escribas, puedes usar este instrumento, este otro...".

Probablemente, Saint-Saëns vio alguno de los instrumentos que tenía Baggers y decidió usarlo. O al revés... Baggers vio lo que Saint-Saëns pretendía y le dijo "¿por qué no utilizas esto, que yo/la orquesta tengo/tiene uno?" Y así, sucede lo que suele ser habitual: que el compositor escriba pensando en la formación específica que va a tocar una de sus obras. Esto, si se escribe para un instrumento poco común, suele dar problemas cuando la obra pasa a ser tocada por otra agrupación que no dispone de él o es ajena a la tradición (recordad el caso con "Barbazul", de Bartok).

Debemos recordar que ya Wagner escribió para castañuelas en la Bacchanale de "Tannhäuser". "Sansón y Dalila" se estrenó en Alemania, así que ese tipo de requerimiento por parte de Saint-Saëns no le resultaría extraño a los percusionistas teutones (como curiosidad, decir que ambas partes comparten el ritmo corchea-dos semicorcheas. ¿Se inspiró Saint-Saëns en lo que ya había escrito Wagner?). Quizá, al tocarse en la Ópera Nacional, Baggers se acercó al compositor y le dijo "mira qué juguete más cuco tengo aquí: ¿cómo no lo añades a la parte de castañuelas de madera que ya tocaron los sosainas alemanes?", o bien, el bueno de Camille vio la colección de Baggers y dijo: "espera, espera..., voy a añadir esto tan exótico que tiene aquí este percusionista, que va a quedar chulo". Eso es algo que realmente me gustaría saber, y aprovecho para lanzar el reto a los musicólogos: ¿se tocó una parte de castañuelas (solo madera) en Alemania (estreno) y otra en la Ópera Nacional de París a la que se añadió la de metal por influencia de Baggers? Ya tenéis trabajo, majos... 😉

Mi humilde opinión es que, en cuanto a autenticidad y rigor histórico y musicológico, lo que mejor describiría el contexto musical del próximo/medio Oriente en época bíblica sería la opción de los crótalos (la primera que vimos, con referencias a las bacantes), pues se adapta como un guante a la realidad pero, nos guste más o menos, si queremos ser fieles a lo que el propio Saint-Saëns supervisó en la Ópera Nacional, está claro que lo auténtico es usar el instrumento que se muestra en la página 134 del método de Baggers. La buena noticia es que hay un fabricante en el Reino Unido (Matt Nolan) que, basándose en los grabados del libro, fabrica una reproducción de este instrumento:


© Matt Nolan


Curiosamente, Rafael Casanova (percusionista principal de la OSPA y mi profesor) llegó a una solución muy similar e ingeniosa hecha con una pinza para hielo y unos crótalos fijados en ambos extremos. Así la tocamos cuando la Ópera de Oviedo programó "Sansón y Dalila" en su temporada de 2015.


© Rafael Casanova


Ahora ya sabéis el lío en que os vais a meter si tocáis esta ópera 😉. Me encantaría saber a qué solución llegasteis para tocar las "castagnettes de fer". ¡Soy todo oídos!

Entrada dedicada a David Vatteville por su amabilidad y generosidad a la hora de compartir información. 


…et in Arcadia ego.
© David Valdés

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