Aprovechando que vuelvo a tocar la maravillosa obra
"Capriccio Espagnol" de
Rimsky-Korsakov (la he tocado con varias orquestas, diferentes instrumentos, fue la última obra que toqué antes de marcharme a Londres, y fue la primera que escuché a una orquesta viviendo allí), me gustaría hablar de la parte de pandereta, las distintas técnicas que podemos usar, los diferentes "tempi" que pueden llevar los maestros, el fraseo...
Como siempre, antes de continuar, os dejo una copia de la parte:
La pandereta dobla exactamente la melodía, así que la precisión en el tempo y el fraseo es fundamental. Dicho esto, hay muchas maneras de tocar este fragmento, pero si hay algo que determinará nuestra forma de afrontarlo será, sin ninguna duda, el tempo elegido por el maestro. Efectivamente, hay determinadas técnicas que no resultan cuando el tempo es muy lento (la de rodilla me viene a la cabeza), y hay otras que no funcionan cuando el tempo es muy rápido (la técnica habitual, por ejemplo). Conocer el tempo que llevará el maestro (o tener en la recámara otras opciones en caso de que la que tengamos pensada no sirva) es fundamental para poder afrontar con garantías esta parte. Conocida la velocidad, podremos escoger la técnica que usaremos.
Durante la semana pasada, preparando el concierto que la
Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias iba a dar en el
Vaticano, utilicé la técnica habitual, sin recurrir a la rodilla ni ningún otro "truco", pues el tempo era lo suficientemente lento como para poder tocar todas las notas con una sola mano. Esto también me permitía mantener el instrumento bien arriba, al alcance visual del público.
En este vídeo podéis ver varias opciones, pero sólo al final está la técnica puesta en contexto, acompañando al resto de la orquesta. Las cuatro primeras técnicas están grabadas en mi aula del
Conservatorio de Gijón, mientras que la última está grabada en el
Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, durante un ensayo de la
OSPA, con la cámara en el atril:
Como veis, el tempo es muy comedido, y puedo usar la técnica habitual. Cualquiera de las otras, dado el tempo, no servirían, ni me hubieran permitido tocar con igualdad.
Es obvio que el tempo es mucho más vivo, y no hubiera podido utilizar la técnica que usé en el vídeo anterior. En esta ocasión se hizo necesario emplear la rodilla.
Como veis, es importantísimo ser flexible y tener recursos para poder afrontar las distintas situaciones musicales.
Tal y como se puede ver en la partitura, una de las indicaciones es "strepitoso" que, literalmente, quiere decir "con ruido considerable". En mi opinión, esta indicación de carácter no quiere decir que no haya que tocar con fraseo o dirección musical. Del ruido se encarga el triángulo, que toca semicorcheas a diestro y siniestro: para mi gusto, es éste instrumento el que se encarga del ruido y el caracter festivo propio de la alborada (tocar fraseando el triángulo sería, en mi humilde opinión, sobreactuar: el triángulo es un pedal tanto rítmico como de fraseo que hay que tocar inalterable). Por el contrario, la pandereta (y más tarde la caja en la siguiente alborada) sí debe frasear y seguir a la melodía. Mi idea musical respecto a la pandereta es la que sigue:

Como veis, las posibilidades son muchas, pero sólo una se adecúa a un determinado contexto. Cuantas más formas conozcamos de afrontar un fragmento, más posibilidades de hacer música tendremos. Además, es obvio que cada técnica aportará un timbre, carácter y posibilidades dinámicas al fragmento y, dependiendo de lo que queramos, podremos recurrir al "catálogo técnico" y echar mano de aquello que mejor sirve a nuestras intenciones musicales.
En cuanto me haga con el vídeo del concierto que dimos en El Vaticano, lo pondré para que veáis el resultado.
¿Cómo tocaríais vosotros este fragmento?
…et in Arcadia ego.
© David Valdés