Probablemente, la pandereta es uno de los instrumentos de pequeña percusión que más me gusta tocar. Sus posibilidades son muchísimas, y la cantidad de técnicas y truquillos que se pueden emplear en ella son muy numerosos.
Hace poco, pude tocar con la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias una obra que tiene una parte muy interesante de pandereta: "Romeo y Julieta", de Hector Berlioz. He aquí el vídeo de uno de los conciertos (deberéis subir el volumen, pues el audio está sin comprimir):
Como siempre, aquí tenéis la partitura:
Como podéis ver, entre los números 18 y 19 de ensayo, uso una técnica peculiar que consiste en balancear el golpe entre los dedos medio y pulgar. Hay varias formas de tocar estos pasajes, pero yo me decanté por esta manera porque puedo seguir con la pandereta elevada (luego no pierdo el factor visual que tanto gusta al público), porque me permite igualar tímbrica y rítmicamente los golpes, y porque facilita el fraseo que busco (apoyarme en la primera nota, que de esa energía salgan todas las demás, y recoger la frase).
Para tocar esta técnica, debemos igualar la longitud de los dedos para que los golpes salgan homogéneos. Para ello, coloca tu mano derecha como si fuera una "C" invertida:
© David Valdés |
No coloques los dedos estirados, pues serán más largos que el pulgar y no conseguiremos que los golpes salgan igualados:
© David Valdés |
Con esa disposición, coloca los dedos sobre el marco de la pandereta (de esta forma estarás sobre las sonajas, que reaccionarán instantáneamente y no sonarás tarde. También tendrás un sonido más claro, pues sólo sonarán las sonajas y no el parche).
© David Valdés |
© David Valdés |
No pongas los dedos como en la siguiente foto, pues el pulgar estará más metido en el parche y producirá un sonido diferente al que producen el resto de los dedos. Tampoco es buena postura, pues tendrás que hacer dos movimientos: uno de pistón con los dedos, y otro rotatorio con el pulgar. Es mejor la disposición anterior, pues se usa un solo movimiento y es más eficaz.
© David Valdés |
Una vez colocados correctamente, el movimiento es de balancín, tratando siempre de igualar el sonido entre ambos golpes y que suenen lo más homogéneos posible. Aquí tenéis un pequeño vídeo de muestra:
Esta técnica la podéis utilizar en muchísimos pasajes del repertorio: "España" (Chabrier), "Iberia" (Debussy), "Scheherezade" (Rimsky-Korsakov), "Alborada del Gracioso", "Rapsodia Española" (Ravel), "Cascanueces" (Tchaikovsky), "Sinfonía nº 3" (Mahler)...
Además, esta forma de tocar es fantástica para conseguir mordentes de una, dos y tres notas. También, con unas pocas modificaciones, podemos conseguir dinámicas por encima de forte y tocar cosas como el Trepak de "El Cascanueces" (sí, lo he tocado si recurrir a la técnica de rodilla).
Si queréis un técnica polivalente, os recomiendo probar esta, pues sus aplicaciones son muchísimas.
…et in Arcadia ego.
© David Valdés
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